Somos conscientes de que conocer y amar en su verdadera situación a nuestra sociedad es parte de nuestra acción evangelizadora. Los cambios profundos y acelerados de la sociedad contemporánea reclaman de nuestra iglesia nuevos estilos de evangelismo. Creemos en hombres y mujeres cuyos corazones han sido mudados por Dios, cambiados por la palabra de Dios. Trabajamos con población marginal como infractores, población consumidora de drogas, privado(a)s de libertad, mujeres y jóvenes maltratado (a)s y su re-inserción en la sociedad.